Dulzura gallega
Un pobre paisanín de una aldea remota de Galicia está acostado en su cama, con una enfermedad terminal; le quedan pocas horas de vida. De repente huele el aroma de la comida que más le gusta: unas empanadas caseras de carne, ¡¡¡recién hechas!!! Para él no había nada mejor en el mundo que las empanadinas de su mujer. Haciendo un esfuerzo sobrehumano, dirigiéndose al
comedor, empieza a percibir el vapor que lleva el aroma a masa de carne y
cebolla que desde la cocina emana. Llega hasta la mesa de madera donde se encontraban extendidas las suculentas empanadas doraditas, recién hechas y toma una, viendo que sus esfuerzos habían valido la pena: sería como su último deseo. Cuando repentinamente… zás… siente un fuerte golpe de cucharón en la cabeza que merma sus facultades y casi lo hace caer presa de la debilidad de sus piernas.Tratando de no desplomarse al suelo, hace un giro con la vista y alcanza a ver a su mujer con un cucharón de hierro en la mano, diciéndole :
– ¡¡¡ Ni se te ocurra, que son pa’l velatorio….!!!
(Gracias Vlady)