– Doctor, ya no aguanto más! A pesar de todos mis esfuerzos, mi marido no me considera.
Desde que nos casamos, él sólo habla de su mamá, mamá, mamá, que si
mi madre tal..que si mi madre cual…..uffff!!!!!! ¡es como si yo no existiese!
El psicólogo le pregunta si ya probó con hacer una cena especial.
– Sí, pero no ayudó nada.
– Tengo una idea, señora -dice el psicólogo. Si hay un lugar donde su suegra no puede rivalizar con usted, es en la cama.
Esta noche usted se viste con un vaporoso negligé y camisón negro de
encaje, todo transparente.
Además póngase medias de encaje, una mini tanga y liguero negro, el
color negro es excitante, maquíllese, use altos tacones de aguja, negros
obviamente, además, cambie las sábanas, coloque sábanas de seda, con ese ambiente seguro que no resiste.
Si puede coloque unas velas en lugar de la luz eléctrica.
La despampanante joven siguió todo el plan al pie de la letra, sin olvidar ningún detalle.
Sentía un leve rubor en todo su cuerpo al preparase para su esposo.
La verdad es que ella misma nunca se había sentido tan provocadora.
Al llegar el marido adopta una postura provocativa.
Él entra a la habitación y la ve y, gritando, pregunta con cara de
desesperación:
– ¿Por qué vas toda de negro? ¿Le ha pasado algo a mi madre?????