CIGÜEÑAS
Tres cigüeñas van volando y una pregunta a la otra…»¿Para dónde vas?
En eso, las dos le preguntan a la tercera cigueña:
¿Yo?…al Convento de las monjitas….Nunca les llevo nada…pero siempre les doy un susto del carajo!!.
Tres cigüeñas van volando y una pregunta a la otra…»¿Para dónde vas?
En eso, las dos le preguntan a la tercera cigueña:
¿Yo?…al Convento de las monjitas….Nunca les llevo nada…pero siempre les doy un susto del carajo!!.
Así nace una «frase hecha»:
Un hombre fue llevado de emergencia a un hospital administrado por monjas, donde lo operaron del corazón.
Después de la operación, el hombre despertó y una monjita estaba a su lado.
«Señor Pérez, la operación fue un éxito. Sin embargo, necesitamos saber cómo piensa pagar la cuenta del hospital.
¿Tiene usted seguro de gastos médicos?»
«No.»
«¿Puede pagar en efectivo?»
«Me temo que no, hermana.»
«Entonces, ¿tiene usted parientes cercanos?»
«Sólo mi hermana, pero es una monja solterona sin un centavo.»
«Disculpe que lo corrija. Las monjas no son solteronas; ellas están casadas con Dios.»
«¡Magnífico! Por favor enviele la cuenta a mi cuñado……. ……
Y ASÍ NACIÓ EL «QUE DIOS TE LO PAGUE»…… ..
(Gracias L@dy)
Una es la Hermana Maria y la otra es la Hermana Luisa.
Hermana Maria: – Está quedando oscuro y nosotras todavía estamos lejos
del convento!!!
Hermana Luisa: – ¿Ya te diste cuenta que un hombre está siguiéndonos
hace como media hora?
Hermana Maria: – Si, ¿Que será lo que el quiere?
Hermana Luisa: – Es lógico El quiere abusar de nosotras.
Hermana Maria: – ¿Y ahora, que debemos hacer? El nos alcanzará en 1 minuto.
Hermana Luisa: – La única cosa lógica que nos resta hacer, es separarnos.
Tú vas para aquel lado y yo voy por aquel otro. El no podrá seguirnos a
las dos, al mismo tiempo.
Entonces, el hombre decidió seguir a la Hermana Luisa…
La Hermana María llegó al convento preocupada con lo que podría haberle sucedido a la Hermana Luisa.
Pasado un buen tiempo, llega la Hermana Luisa.
Hermana Maria: – Hermana Luisa. Gracias a Dios que llegó. Cuéntame lo que sucedió.
Hermana Luisa: – Sucedió lo lógico. El hombre no podía seguirnos a las
dos, entonces el opto por seguirme.
Hermana Maria: – ¿Entonces que sucedió?
Hermana Luisa: – Lo lógico, yo comencé a correr lo mas rápido que pude y
el corrió lo mas rápido que el podía también…
Hermana Maria: – ¿Y entonces?….
Hermana Luisa: – Nuevamente sucedió lo lógico: el me alcanzó.
Hermana Maria: – Oh, Dios mío! ¿Y tú que hiciste?
Hermana Luisa: – Hice lo lógico, me levanté el hábito.
Hermana Maria: – Oh, Hermana Luisa! ¿Y que hizo el hombre?
Hermana Luisa: – El, también hizo lo lógico, se bajó sus pantalones.
Hermana Maria: – Oh, no!!! ¿Y que sucedió después?
Hermana Luisa: – ¿No es obvio, Hermana Maria? Una monja con el hábito levantado consigue correr mucho más rápido que un hombre con los pantalones abajo!!!
(Gracias Picche)