Letras
-Doctor, doctor, que se me juntan las letras.
– Pues páguelas a tiempo, hombre.
(Gracias Juan)
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-Doctor, doctor, que se me juntan las letras.
– Pues páguelas a tiempo, hombre.
(Gracias Juan)
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Un hombre está en la mesa de operaciones, previo a ser operado, y el cirujano resulta ser su propio hijo.
El padre dice:
– Hijo, hazlo sin ningún tipo de presión…, con tranquilidad…, y todo saldrá bien. Piensa únicamente en que si algo me pasa a mí…, tu madre vendrá a vivir contigo…
(Gracias Juan)
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– ¿Doctor, qué me recomienda para mi enfermedad?
– Póngase barro en la cara todos los días.
– ¿Es un nuevo tratamiento?
– ¡No, no, es para que se vaya acostumbrando a la tierra….!
(Gracias Tomás Dorán)
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Una paciente de sesenta años le pregunta al doctor:
– Oiga doctor, cuando subo la pendiente para llegar a mi casa me fatigo
muchísimo, ¿Qué me aconseja tomar?
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– Doctor, doctor, odio a mi mujer, a mi madre a mis hijos,
a mi suegra…
– Y a mi que me cuenta?
– No es usted el medico del odio?
– No, del oido, del oido.
(Gracias Angel)
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Doctor ayúdeme con mi problema
─ Cuénteme ¿Qué le pasa?
-Doctor lo que pasa es que mi abuelo es un anciano de 95 años, que
a toda hora del día no se la quiere pasar sino jugando con un osito de peluche…
─ Bueno, eso es normal. Generalmente hay ancianitos a esa edad empiezan a comportarse como niños, yo no veo a quien pueda afectarle eso…
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Una viejita visita al doctor:
– «Doctor, tengo un problema con los gases, pero realmente esto no me molesta mucho. Mis flatulencias nunca huelen y son siempre silenciosas. De hecho, me he tirado como veinte por lo menos desde que estoy aquí en su oficina y usted no se ha dado cuenta de mis gases porque no huelen y son silenciosos.»
– «Entiendo, tome estas píldoras y regrese a verme la semana que viene.»
A la semana siguiente, la ancianita regresa y dice:
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He ido al médico y me ha fastidiado el día
¿Pues no me ha dicho que no tengo nada! ¿Qué sabrá él?
Va el tío y me dice que no tengo que tomar ningún medicamento, que estoy sanísimo…
¡Pues claro que estoy sanísimo! ¡Porque tomo medicamentos!
A mi es que los medicamentos me dan mucha seguridad ¿A ustedes no les parecen una maravilla?
Son lo mas parecido a un milagro: tú te tomas una pastilla… ¡y se te quita el dolor de cabeza!
Ella se toma otra… ¿y ya no se queda embarazada!
Te tomas una Aspirina, llega al estomago…
-Buenaaasss, ¿es aquí el dolor?
-No, eso va a ser en el piso de arriba, en la cabeza, al lado del hipotálamo, allí pregunte usted por “migraña”.
¡Oye… y llega! A mí me preguntan dónde está el hipotálamo, y… ¡Ni de casualidad! ¡Las pastillas son una maravilla!
Las que más me gustan son las blancas, son tan sobrias, no sé… parece como que curan más.
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