La mascarilla del catalán
Un catalán está en su casa y le da un ataque cardíaco. Lo montan en la camilla, lo suben en la ambulancia y el médico le dice a su ayudante:
Un catalán está en su casa y le da un ataque cardíaco. Lo montan en la camilla, lo suben en la ambulancia y el médico le dice a su ayudante:
Un catalán en su lecho de muerte susurra:
– Montse, Montserrat… ¿dónde estás, esposa querida?
– Aquí estoy, esposo mío… a tu lado.
– Y mi hijo Josep… ¿dónde está? – Aquí estoy, padre… a su lado.
– Y mi hija Mercè… ¿dónde está? – Aquí estoy, padre… a su lado.
– Y mi hijo Jaume… ¿dónde está? – Aquí estoy, padre… a su lado.
– Y entonces…
Qué hace la luz de la cocina encendida?
(Gracias Trini)
Un catalán está muriéndose de viejo en la cama. Ya agonizando llamasu hijo y, sacando un reloj de oro y brillantes de debajo de la almohada, le dice:
– Este reloj lo compró tu tatarabuelo. De él, pasó al bisabuelo. De él, al abuelo. De él, a mi padre y de mi padre a mí. ¿Te gusta el reloj?
-Bueno, padre. No es el momento, pero sí, me gusta.
– ¡Te lo vendo!
(Gracias Trini)
•Una de las chicas quiso impresionar a las demás, así que sacó un billete de 10 euros y cuando el «stripper» vino hacia nosotras, mi amiga le pasó la lengua al billete y se lo pegó en el culete.
•Para impresionarnos, una tercera sacó un billete de 50 euros, llamó al chico y le pasó la lengua al billete.
•Yo me empecé a preocupar por cómo se estaban poniendo las cosas, pero por suerte ella sólo le pegó el billete, en la tetilla.
•Viendo la forma en la que las cosas se estaban desarrollando, el bailarín se dirigió hacia mí.
•Mi cerebro estallaba mientras buscaba mi billetera.
•¿Qué puedo hacer?
•¡¡¡ Saqué la tarjeta del cajero automático,se la pasé por la raja del cu lo, cogí los 80 euros y me fui a casa!!!
Jordi llama desde Barcelona a su hijo Pep que emigró a Nueva York y le dice:
– Lamento arruinarte el día, pero tengo que informarte que tu madre y yo nos estamos divorciando, cuarenta y cinco años de sufrimiento es suficiente.
– Papi, Pero de qué estás hablando? ¡Y justo antes de las fiestas!, grita el hijo.
– No podemos soportar seguir viéndonos, le contesta el padre. Estamos hartos el uno del otro, y estoy cansado del tema, así que es mejor que llames a tu hermana Montse en Chicago para contárselo; y cuelga el teléfono.
Desesperado, el hijo llama a su hermana, quien explota en el teléfono:
– Cómo que se están divorciando? ¡Yo me voy a hacer cargo del asunto!
Inmediatamente la hija llama al padre y le dice:
– !Vosotros no os divorciáis!. No hagáis nada hasta que yo llegue. Ahora mismo vuelvo a llamar a mi hermano y vamos los dos para Barcelona. Hasta entonces no hagáis nada. ¿Te has enterado bien?
El padre deja el teléfono, mira a su esposa y le dice:
– Muy bien Carmen, todo ha salido perfecto… Los dos vienen para las fiestas y… ¡¡¡se pagan los billetes…!!!!
Fuente: Menudos Peques