Estaba Jaimito hablando mucho en clase, sin prestar atención, hasta que la profesora se cansa y le regaña:
– Jaimito, si no te callas de una vez, voy a llamar a tu madre.
– ¡Juas! como quiera señorita, pero le advierto que ¡ella habla más que yo!
(Gracias Angel)